Puntos cardinales

La ilustración (incompleta) de arriba es La historia de la humanidad según el italiano Milo Manara, ilustración que cada cierto tiempo la mara comienza a compartir a lo loco porque les parece alucinante. Y sin duda, el ilustrador es bastante bueno y se ha pasado largo rato trabajando en esto. Pero más que alabar a Manara y su habilidad, quiero aprovechar para hablar un poco sobre esa forma distorsionada que tenemos para ver la historia del mundo a través de unos anteojos prestados: los de la cultura occidental.

Comencemos con eso de cultura occidental. ¿A qué nos referimos cuando hablamos de occidente? La Tierra es un esferoide suspendido en medio de esa cosa misteriosa a la que le decimos «espacio». Eso quiere decir que todas esas direcciones que nos hemos inventado son absolutamente arbitrarias y dependen de dónde uno o una este parada. En otras palabras, el norte está arriba y el sur abajo porque a alguien le pareció que desde su perspectiva las cosas eran así. Pero en el espacio arriba y abajo no existen. Volviendo al punto original, el «occidente» es realmente el occidente del mundo europeo pre contacto. Y esa es la visión de mundo que todavía tenemos en gran parte del mundo: Europa en el centro del universo. Europa «occidental» en el centro del universo. Porque resulta que si agarramos un mapa (dibujado arbitrariamente, con Europa al centro desde luego) lo que está realmente al occidente es América, y a nuestro oriente está Europa (repito, todo es arbitrario porque somos una bolita flotando en el universo).

Así que veamos de nuevo la ilustración y pensemos ¿es esa TODA la historia del mundo? Desde luego que no, eso es imposible. Pero ¿es esa toda la historia del mundo occidental? tampoco.

¿Cuál es el punto importante en todo esto? Bueno, resulta que una de las principales razones por las cuales la cultura europeo occidental, el estado moderno y el capitalismo se han expandido por todo el planeta radica en una característica: la acumulación. Por alguna razón lxs europe@s occidentales tienen una obsesión con acumular, lo acumulan todo, comenzando por la historia. No todas las culturas tienen una historia acumulativa (de hecho, muchas culturas ni siquiera tienen la noción de línea de tiempo que manejamos en el mundo occidental-izado). Sin embargo lxs europe@s occidentales si, y no solo acumulan su propia historia, sino también la de los y las demás. ¿El resultado? La ilustración de arriba. Una historia del mundo vista desde los ojos de Europa. Una historia que nos muestra que la progresión lógica para la humanidad entera es la de esa cultura: una cultura de guerras, de acumulación, de desigualdades y destrucción. Y, como de costumbre es necesario señalar, una historia de hombres. ¿No les parece particular que en todas las quinimil láminas de esta ilustración, todas las mujeres que aparecen tienen un cuerpo como mandado a hacer? Digo, dudo mucho que las mujeres de ese tiempo que los occidentales llaman «pre-historia» fuesen blancas, rubias y perfectamente torneadas. También hubieron tiempos, por aberrante que a usted pueda parecerle, cuando las mujeres un poco más gordas eran consideradas el estándar de belleza (dentro de la visión de la belleza occidental).

Como todo y toda estudiante de antropología de primer año les dirá, el etnocentrismo es, básicamente, ver el mundo desde la percepción de la cultura propia. No es nada malo, es una cosa de hecho inevitable. Es el etnocentrismo lo que nos permite percibir la alteridad, que al final es lo que nos permite estudiar las estructuras de las distintas culturas. El problema central con la historia y la antropología es ubicar el centro. La historia es el estudio del pasado, el pasado de «nosotros». La antropología por otro lado, es el estudio de «los otros». Si no se han dado cuenta, nosotros y nosotras somos esos otros, a pesar de que nos hayan convencido de que somos parte de «nosotros».

PS: Básicamente la ilustración lo que hace es poner en imágenes la línea de tiempo de cualquier manual de «historia universal». Cosa que está bien, no tengo nada contra el ilustrador, en serio, solo agarro cualquier excusa para hablar babosadas.

 

Aquello del fin y los medios

 Bueno, esperando que a la mara ya se le bajara la euforia, tengo ganas de escribir más babosadas que a nadie le importan.

Si usted lee desde fuera de las fronteras imaginarias de este país y no sabe de que va la foto de arriba, pues le explico este churro así en un rapidín: El hombre en la foto es Juan Orlando Hernandez y muy posiblemente va a ser el próximo presidente de Honduras. Es el candidato del partido Nacional, y actual presidente del Congreso Nacional (porque sí, porque en Honduras todo se puede) y para no entrar en mayores detalles es un hijo del culo. En la carrera presidencial corren en este momento Xiomara Castro del partido LIBRE (que alguna vez fue la Resistencia o al menos gran parte de ella), el ya mencionado Juan Orlando y Mauricio Villeda del partido Liberal(que jura que tomando fotos pagó la Universidad, a pesar de ser hijo de un ex presidente). También por allí puja el comentarista deportivo Salvador Nasralla que así como es de loco el país bien se lleva su tajada del pastel. De allí hay otros candidatos que no vale la pena mencionar porque nadie va a votar por ellos.

 

La cuestión que me interesa en este momento es, por un lado, lo que dijo Xiomara Castro en el programa de radio La Hora del Té, donde dejó claro que su posición personal en los asuntos del matrimonio igualitario y el aborto es tan mala como la de cualquier candidat@ en turno: está en contra. Y si, lo dijo a título personal, pero déjense de joder, que cuando sos la cara de un partido tu posición personal vale tres hectáreas de ________________ (llene este espacio con su referencia fálica preferida).

Ahora bien, muchos y muchas de ustedes me señalarán que estos son asuntos de minorías y que en política hay que ser estratégic@s, que Honduras sigue siendo un país conservador y bla bla bla. Ya me sé el discursito, me lo han tirado mil veces, porque en pro de ganar las elecciones todo, absolutamente TODO vale ¿verdad? Pues yo a eso más que argumentos reales solo quiero responder con un infantil pffffffffff (imagínese que le saco la lengua y le hago una seña obscena).

Ya en serio ¿cuál es la importancia de tomar una posición clara y contundente en estos asuntos? Sencillo: evitar que se continúen celebrando con risas y aplausos cosas como esa imagen horrible de arriba. Porque Juan Orlando será muy corrupto, maldito, militarista, asesino y demás, pero con esa foto usted no lo hace ver mal a él, se ve muy mal, muy muy mal usted mismo, compita. Y si nos pasamos un buen rato revisando la página de noticias de nuestro facebook nos vamos a encontrar con una gran cantidad de gente del partido «del verdadero cambio» riendose a pata suelta de imágenes homofobicas y violentas además de degradantes (denigrar es una palabra racista, no la use mara) hacia las mujeres (porque el peor insulto que se le puede hacer a alguien es compararlo con una mujer).

Mucha gente en el interné dice (digo porque al final al interné no se le puede creer demasiado) que Einstein decía que es una locura esperar  resultados distintos si se sigue haciendo lo mismo (Foto del facebeook, 2012). Y creo que es algo que no le vendría mal recordar a los y las compitas del partido. Pero ¿cómo esperar que cambie la conducta violenta, homofobica y sexista de la gente de la base, si la misma candidata a presidenta va por la vida diciendo semejantes barrabasadas? Basta de relegar los derechos de los y las demás solo porque no conviene en el momento para ganar la carrera. ¿Y la dignidad humana de la comunidad LGTTBI (que ha estado en resistencia desde el comienzo) y la dignidad de las mujeres? Esas cosas no se negocian. No se trata de si usted tiene o no tiene una opinión, se trata de que usted no tiene que andarse metiendo en asuntos que no le afectan, nada más tiene que respetar el derecho a decidir de las demás personas sobre su propia vida, así mismito como usted decide ser una persona renca de la cabeza y llena de odio.

Pero no mara, que nos callemos dice el comandante y su cadena de mando (y toda la marabunta que les sigue y que lastimosamente tiene tiempo para pasar jodiendo en facebook). Que nos dejemos de joder con esas cosas que son de minorías. Que votemos por LIBRE y nos alegremos porque aunque nos excluyan, al menos nos excluyen desde el partido «del pueblo» 😉

 

PS: De Nasralla usted puede decir cualquier cosa fea, pero llamarle culero, trolo, playo o su insulto homofobico de elección ni le quita el sueño al hombre ni le hace ver bien a usted. Que no carajo, que no tiene derecho a atropellar a la demás gente.

Caldo de pollo

Hoy llegué a mi casa con las ideas hechas una sopa. Me metí a facebook y ví la foto de allí arriba acompañada por el comentario de mi amiga Caro: «¿Acaso soy la única que siente náuseas al leer algo como esto?» y me quede pensando en eso. Por supuesto que no, no es la única. Pero si somos la minoría. La mayoría siguen viviendo en la burbuja peligrosa del romanticismo capitalista, patriarcal y heteronormativo (si, me encanta usar esas palabras porque soy super hipster) donde las personas son reducidas a clichés de todos los colores y formas.

Y hablando de reducir a las personas, como cuatro publicaciones abajo me encontré con un post de Yaser en el que habla sobre esa discusión ya cansada sobre si los hombres podemos ser feministas. Que obviamente podemos, si el feminismo es un sistema de ideas (además uno que justamente promueve la equidad entre mujeres, hombres y toda la gama de identidades y expresiones que hay entre ese binomio biológico) sería absolutamente anti feminista pensar que un hombre, por el mero accidente biológico de serlo, no puede comprender, adoptar, producir y practicar esas ideas. Sin duda como hombre nunca voy a comprender en carne propia las repercusiones de un mundo patriarcal sobre una mujer, lo que no significa que no comprenda y rechace las desigualdades que ese sistema genera (al igual que las repercusiones y presiones que crea también sobre los hombres).  A algunas de mis amigas les gusta usar un término que a mi me revienta un poco (ustedes saben que las amo, pero es cierto): «hombre en deconstrucción» o en construcción o en cuestionamiento o algo así. Acceder a «feminista» esta vedado. Todos y todas somos personas en construcción, llen@s de vicios patriarcales que harían enloquecer un feministometro, pero si sos hombre eso significa que siempre, absolutamente siempre, podrás ser un aliado, pero nunca un compañero. Reducir a una persona a la expresión más básica del binomio biológico es una practica que tiene nombre: machismo. Referirse a un hombre como «pene» «pija lista» y similares es tan agresivo, violento y discriminativo como las practicas que en teoría buscamos abolir.

Pero cambiar todas esas construcciones es una mierda color de hormiga mara, porque lo seguimos reforzando tanto con cosillas «inocentes» que promueven ideas horribles pero romantizadas como en el caso de la que ponía Carolina, o cosas como estas:

Como con cosas como estas:

Imagenes como esta solo refuerzan la idea de que la cuestión es eminente y centralmente sexual.

No somos penes y vaginas, somos personas y todas merecemos ser consideradas por nuestras ideas, nuestras acciones, nuestras contradicciones y discusiones y posiciones. Mientras sigamos viendo al sexo por sobre la persona, seguiremos construyendo mundos fragmentados. No es que los hombres queramos tomarnos el feminismo por asalto, es que queremos participar de la construcción de un mundo sin relaciones desiguales. ¿Por qué buscamos siempre atribuirnos la propiedad privada de todo, incluso de las ideas? ¿Por qué siempre queremos negar el derecho de otr@s a construirse y pensarse distint@s? ¿Por qué todo tiene que ser siempre una lucha por el poder, en lugar de una lucha contra el poder?

Si siempre va a ser: «mi lucha es más importante que tu lucha» «mi posición es más coherente que la tuya» y «yo soy más marginad@ que vos» es como si todo fuese un gigantesco concurso de medir penes (referencia que me acabo de plagiar del twitter).  Y como yo soy bastante cabrón con eso de las estructuras, no necesito entidad que me valide el título, me asumo feminista yo solito.

PS: Virginia Lemus, ¡sos un ser del mal vos!

 

 

 

NO

Mientras mi compañera está en Holanda peleando con su tesis de maestría, yo estoy sentado editando fotos y pensando ¿por qué no puedo simplemente terminar la maldita licenciatura? Y la respuesta siempre, por más que le busque el lado, es la misma: porque no quiero ser licenciado, ni msc, ni doctor, etc, etc.

Por más que una y otra vez intento convencerme de que es necesario que vaya, que me deje de joder y que termine la dichosa universidad porque si, porque es lo que debería hacer, porque es lo que mi familia dice que debería hacer, porque es lo que mis amigos piensan que debería hacer, porque es lo que la sociedad en general dice que es mi responsabilidad hacer, la cosa es que nunca funciona.

Ahora bien, esto no es una cosa de capricho nada más, de verdad he pensado un montón en esto y he llegado a una conclusión: mi respuesta es la respuesta lógica. Calma, no me lleven a la hoguera todavía, mínimo dejen que me explique. Resulta que tras jornadas intensas de meditación trascendental se me cruzó lo siguiente por la cabeza: «NO» (de hecho lo que apareció en mi cabeza fue una imagen que siempre usa mi amigo otowilches, pero eso es otro cuento). La respuesta más lógica a la educación formal de mi parte es esa: NO. ¿Por qué? Porque fue lo que la escuela, el colegio y la U me enseñaron: NO.  No piense, no hable, no pregunte, no critique y no imagine.

Según cuenta mi mamá, todo comezó cuando entré a la escuela y empecé a dibujar figuras de palitos. Antes de entrar a la escuela yo dibujaba personas con cuerpos y manos y caras, pero al entrar a la escuela empecé a dibujar puros palitos. ¿Por qué? porque eso es lo que hacen todxs y yo me había cansado de decirle a la profesora que eso era una «A» y no una casita, y que esa otra era una «S» y no una serpiente (solo para que al siguiente año, tras obligarme a decirle casita y serpiente y donita, me dijera de nuevo que eran la A y la S y la O).

La cosa siguió así siempre. Cuando le dije a mi profesora de matemáticas de sexto grado que mis exámenes no tenían procedimientos porque los hacía en mi cabeza, me reto a hacerlo en la pizarra. Cuando todo lo hice bien, me dijo: «pero ese procedimiento no es el que yo le enseñé», porque no, eso de inferir relaciones entre un conocimiento y otro no es de dios, hay que seguir el camino que uno ya se sabe, aunque sea más largo.

Cuando en tercer curso escribí una nota (e hice que medio colegio la firmara) pidiendo evaluaciones a todxs mis maestrxs porque la profesora de historia literalmente me consultaba cosas en clase, pues nada, me llamaron a la dirección con mis viejxs para decirnos que tenía que disculparme, aunque tuviese razón, porque no podía tolerarse que yo anduviese de sedicioso por la vida tratando de amotinar adolescentes.

Tan odioso me parecía todo que en ultimo año de colegio le dije a mi profesora de matemáticas que todo era una estupidez. Que en ese momento podía pronosticarle mis notas para cada parcial, que sin hacer el mínimo esfuerzo podía pasar su clase. Le dije que tras sacar un 100 en el tercer parcial iba a presentarme al ultimo examen del año necesitando solamente 5 puntos. Y así lo hice. De todo el examen solo llené un ejercicio de 5 puntos. Y si, por supuesto que pasé, y ese fue el momento donde todo se terminó. No tenía sentido, no era un reto, pero sobre todo, era un maldito fastidio. La universidad que tanto prometía ser el lugar donde todo iba a cambiar fue solo más de lo mismo.

Lo único que me enseñó la educación formal es que el mínimo esfuerzo y la mediocridad son lo que más abunda en el mundo y que por tanto, yo debería ser mediocre. Cuando pedí retos la respuesta fue no, cuando pedí ser tratado como un ser pensante la respuesta fue no. Por eso, cuando ese sistema me pide que cumpla con la formalidad y vaya a lo que sigue, mi cerebro da la única respuesta que le parece que tiene sentido en ese contexto: NO.

Y es que no pienso que sea justo, ni que tenga el mínimo sentido, entregarle tiempo a una tarea tan tediosa solo para conseguir un título que no me interesa, para poder ser esclavo de alguien. Porque mi carrera la encontré hace rato afuera de las magnas instituciones educativas, y la licenciatura en realidad no es más que mi hobby (si, la fotografía es mi carrera y la antropología mi hobby).

Posiblemente si yo de verdad fuese un adulto entendería por qué es necesario conseguir ese seguro que son un buen par de títulos en el CV. Posiblemente así entendería la importancia del estudio. Pero es que a mi me gusta estudiar, me encanta aprender y necesito, NECESITO, producir, pensar, imaginar y cuestionar. Pero no necesito de una institucionalidad que regule y encuadre ese aprendizaje, sobre todo porque es esa misma institucionalidad la que me negó siempre la posibilidad del mismo.

PS: Si, ya sé, igual tengo que terminar la U

Shotgun

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Si alguien lee con regularidad este blog debería haber notado ya dos cosas: 1) Que necesita un chequeo mental y 2) que no he estado escribiendo. Pero no, aún no abandonaré este :p

Bien, la cosa es que el maldito cargador de mi laptop se arruinó y luego olvidé la contraseña de mi facebook y he estado trabajando y cosas así. Pero los blogs requieren disciplina así que decidí pasar y postear cualquier cosa.

Resulta que el viernes iba por la calle felizmente distraído con mis pensamientos cuando de pronto «HEY MAN! ¿tenés un puro que me regalés?» me dijo un hippie que estaba por allí en un callejón del centro. «Eh, no, no ando un puro». ¿Se han dado cuenta de cómo siempre estoy diciendo que ponerse una pinche prenda de vestir cambia todo en cuanto a cómo la gente te ve? Pues nada, resulta que había decidido ponerme unos pantalones flojos y cómodos de tela suave y color café a rayas (que todo el mundo cree que son pijamas) y ¡boom! pasé de chavo hipster/fresa a hippie comeflores. Pero bueno, platique un rato con los tipos que querian el puro, me safe de ellos y seguí con mi camino.

Lo realmente interesante es que normalmente (cuando llevo los mismos jeans que uso todos los días y camiseta y unos converse) nadie me nota. En serio, nadie. Pero un día decido andar cómodo y toda la mara se loquea. En fin, el punto de todo esto es que de camino a uno de mis destinos del día paré a comer algo en un circle K, con tan mala suerte que justo andaba esa mara de los carros blindados que recoge el pisto de los negocios. Y claro, los dos gendarmes con sus buenas escopetas en mano que no paraban de verme de forma amenazante. Compré un refresco y un sandwich y me senté a comer, también con tan mala suerte que justo en el momento que me levanté a botar la basura el tipo con la maleta llena de plata salió. Al pasar junto a mi uno de los tipejos de las escopetas le dijo: «Chivas con este maje». Pinche pendejo.

Y bueno, yo quería hacer una reflexión acerca del estigma de ser joven y otras vainas similares, pero ya me distraje así que mejor de aquí en adelante tendré un conteo de cuántas armas de fuego veo en la calle en manos de seguridad privada:

Viernes: 11 (en cosa de cuatro cuadras)

Así de lindo está Honduras, chau!

Tod@s somos Berta

Hoy me voy a desviar un poco de mi usual forma aleatoria de hablar sobre cualquier cosa random y poner algunos puntos sobre mis ies ——> …………..

Si alguien por allí me lee fuera de Honduras (o de la mara que vive en Honduras pero no sé da cuenta un pepino de nada) la mujer de la foto es Berta Cáceres, dirigente del COPINH (Comite de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras). Para discusiones teóricas sobre los planteamientos, estrategias, acciones del COPINH o de cualquier otra organización («que yo soy más revolucionario», «que vos tenés desviaciones ideológicas» , etc, etc) habrán sus espacios y momentos. El punto ahora es que una realidad nos rebasa cuando la libertad y vida de una mujer que verdaderamente ha luchado por la refundación de este país y por la defensa de los territorios de indígenas y campesinxs mientras muchos y muchas de nosotrxs veíamos tele, bebiamos en los bares y nos peleabamos en facebook, está (MÁS) en peligro.

Para empezar ya es hora de que LIBRE deje de jugar y muestre de una vez si realmente queda algo del movimiento de resistencia del que nació o si solo es un cascaron vacío. Ya Zelaya con anterioridad demostró que el caso de Berta le importaba exactamente tomate y medio, que al hombre lo que le importa es la política «de verdad» y no esas babosadillas que andan peleando los que no entienden que el poder solo existe en el voto (SOLO por si acaso, hágase notar el KILOMETRO Y MEDIO de sarcasmo en la ultima frase).

Pero LIBRE no solo es Mel, o así nos lo han querido hacer creer. (Y seguro que el super comandante number one saldrá por allí a dar una declaración ahora que la cosa está así de peluda, pero habemos quienes no nos vamos a dejar ver la cara por este mesias olanchano). Dentro de LIBRE está gran parte de lo que alguna vez fue el FNRP, y es hora de que eso se demuestre. No es posible este nivel de pasividad ante lo que ha sucedido hoy, no es posible que la estructura con mayor capacidad de movilización en la resistencia (que si lo es pues) se quede de brazos cruzados mientras se da persecución de tal forma a una compañera. No solo son los votos los que hay que proteger, también hay que cuidar a la gente.

Por otro lado, nosotros y nosotras, lxs inconformes, lxs que no creemos en las urnas, nosotrxs también somos responsables y tenemos que organizarnos, tenemos que levantarnos, tenemos que convocarnos y movilizarnos así seamos veinte o treinta pero hay que tomarnos los riesgos. YA. Hablemonos, hagamonos eco, reunámonos y resistamos junto a la compañera Berta Cáceres (Llamado que me hago a mí mismo antes que a nadie) Siempre hablamos de autoconvocarnos y ahora es tan buen momento como cualquiera.

Todo lo que tengo para aportar son mis ojos, mis manos, mis pies y mi cabeza (y las habilidades que la combinación de estas cosas forman), pero las pongo a disposición de cualquier iniciativa para hacer fuerza junto a esta compañera y esta gente. Solidaricemonos y pronunciemonos, desde dónde estemos y cómo podamos.

Y bueno, aparte de decir ese montón de babosadas, aquí les dejo lo que Berta tíene que decir al respecto de esto y también les dejo la Resolución por si ocupan el documento para algo. Y para lo que se ocupe una cámara, un fotografo, video o más textos inútiles, o solamente alguien que vaya a caminar o plantarse o lo que sea, por acá estamos.

PS: Para apoyar vía interné uste puede firmar aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí aquí

¡Ese maje es un maestro!

Yo cumplía once años y mi papá y mamá me dieron una caja envuelta. La caja tenia la flamante foto de una plancha en su exterior cosa que supongo era algún tipo de broma relacionado al hecho que desde aquel entonces yo ya no le ponía importancia a si la ropa estaba planchada o no. Dentro de la caja de plancha estaba un aparatillo que me iba a cambiar la vida: mi primera réflex, una Minolta Maxxum 7000 con un 50mm fijo chiquito y liviano. Y además me dieron 6 rollos de película kodak pro image de 100 asas, que yo disparé como metralleta en un fin de semana. Yo no entendía nada del montón de botones que aquella camarita tenía, no sabía que significaban esos números raros como f 4.5 y 1/500 y lo unico que sabía era que el botón con la «P» me configuraba las cosas y que la palanquita con la «R» rebobinaba la película, y ya. Tomé cientos de fotos malisimas de animales y del patio de la casa. Una, dos, tres, cuatro, cinco, seis, siete veces la misma foto (y las hacia imprimir además). Tomaba fotos malas de mi hermana, de mi hermano, de mi papá y mi mamá y mi abuelo. Claro, tenía 11 años así que mis viejxs me decían que las fotos estaban lindas. Poco a poco mi papá me fue cortando el suplemento de película, para que aprendiera a seleccionar mis disparos. Y así, con una movidita por aquí y otra por allá, me fue enseñando de que iba todo eso de la foto.

Como si de una novia de mucho tiempo se tratara, la mara siempre me pregunta: ¿cómo vas con la foto? y mi respuesta siempre es la misma: allí. ¿Qué más les podría decir? Pero lo cierto es que hubo un tiempo en que me emocionaba y tomaba fotos todo el tiempo, mejorando poco a poco. Luego todo aquello se me pasó un poco cuando me pegó duro la adolescencia, cuando pasaba escribiendo poemas malos y dibujando parcas y demonios por todos lados (por aquel tiempo mis compañerxs del colegio empezaron a decirme satanás). Cambie unas cuantas veces de colegio, me pelee con medio mundo, me volví medio vago y al final a tumbos llegué hasta la universidad, donde sigo dando tumbos porque sinceramente la odio. En fin, la cosa es que en algún punto de ese trayecto me entro de nuevo la onda de tomar fotos y una navidad mi papá me regaló mi primera cámara digital: una cybershot de 7.0 megapixeles. Aquella cosa era un monstruo para mi (que en aquel tiempo todavia tomaba fotos con la camarita prestada de un amigo que era de 2.3 MP). De nuevo me aloque a tomar fotos de todo todo el tiempo, hasta que busqué de dios y la calma volvió a mi vida. Bueno, no busque de dios pero si me calmé un poco. Para no hacer tan largo el cuento, llegó 2009 y como con casi todo en mi vida, fue un momento que definió muchas cosas. Cuando se dio el golpe yo no sabía muy bien que podía hacer o que debía hacer (tenía 19 años y cero experiencia organizada) así que agarré mi camarita cybershot y mi Minolta vieja y me fui a las marchas de la resistencia. Si nada más podía hacer, al menos iba a documentar lo que estaba pasando y tirar las fotos al internet para lo que sirvieran. Empecé una páginita de facebook donde todos los días escribía pequeñas (y románticas) crónicas de lo que iba pasando, desde mis ojos todavía bastante adolescentes. También subía fotos y más fotos, para que la gente viera, para que se supiera que aquí había un pueblo que resistía (ay de mí, tan ilusionado en esos días). Y así aquellxs que en un principio desconfiaban de mi (enseña esa cámara, borra esa foto, hey hey ¿vos de dónde venís?) se fueron acostumbrando a mi presencia y algunxs incluso comenzaron a confiar en mi y nos fuimos haciendo amigxs. Y un día me di cuenta que había gente en Bolivia que leía todo lo que yo escribía y veía todas mis fotos y que creían (wtf) que yo era un señor mayor, de barba y de boina. Y esas personas también se convirtieron en mis amigxs, y unos años después llegaron a Honduras y nos pudimos abrazar. Y me fui con mis fotitos hasta Cuba y conocí a fotógrafos geniales de los que aprendí un chingo. Y conocí a Delmer Membreño y a Fabricio Estrada y a Hugo Bautista que había tomado aquella foto espectacular de la bandera desgarrada en casa presidencial. Y también de todos ellos aprendí. Me organicé y mi cámara ya no siguió disparando al aire, sino como parte de un colectivo. En aquel tiempo yo me tiraba al suelo y me subía a las estatuas y los muros y corría por todos lados para no perderme una toma.

Luego comenzaron a llamarme para preguntarme si podía hacer este o aquel trabajo. Me atreví a dar cursos (al sol de hoy me pregunto cómo, si cualquiera que me vea un poco se da cuenta que no tengo idea de lo que hago). Y empezaron (¿en qué momento Jesús del huerto?) a pagarme por hacer aquello que por tanto tiempo hice por el mero gusto de hacerlo. También empece a trabajar en la morgue (tomando fotos igual) y con mi salario de seis meses pude comprar mi primer DSLR (que orgulloso me sentía). Eventualmente me la robaron y tuve que comprar otra (triste porque esos son sendos vergasos al hígado). Ahora tengo casi 24 años (fuck, dentro de nada tendré 30 :S) y me da algo de hueva tirarme al piso o treparme un muro. Cuando me agacho lo hago sin tanto teatro. No es que ya no disfrute lo que hago, simplemente lo hago con más calma. Llevo una buena cámara encima todo el tiempo, y ahora son otrxs los que me ven con envidia como yo miraba cuando alguien sacaba su todopoderosa máquina Canon o Nikon, y hay gente por allí que me odia. Pero lo que más raro e incómodo me parece es cuando algún cipote no demasiado más joven que yo (posiblemente varios mayores que yo) me da una palmada en la espalda o me escribe por facebook y usa esa terrible palabra para referirse a mi: «Maestro» ¿es tanta la arrogancia que proyecto? Ahora adonde sea que voy, me antecede un título que nunca busqué anexarle a mi nombre «Ariel Sosa, fotógrafo», como si «Ariel Sosa, el que abandona la U todo el tiempo» fuese menos acertado (menos elegante tal vez). Lo cierto es que, cámara bonita o no, tengo tan poca idea de qué hacer como hace 4 o 5 años, entre más conocimiento acumulo, menos entiendo de todo este rollo, y cuándo alguien pregunta ¿cómo vas con la foto? mi respuesta invariablemente es «allí voy». Ojo, no es falsa humildad, sé que soy bueno en lo que hago, simplemente no necesito tomarmelo tan en serio.

Cuando alguien me busca para pedirme un consejo me siento halagado, pero sobre todo espero no cagarla, porque la verdad que les contesto con lo que se me ocurra y en realidad no sé muy bien lo que digo (xD). Sinceramente este país se está inundando de fotógrafxs, así que tal vez me vendría mejor buscarme una habilidad realmente útil, para buscarme un trabajo que algo le aporte al país jeje. Como notita al pie para cerrar esta verborrea egocéntrica y sin sentido, un consejito a la mara: Esas marcas de agua enormes ¿Para qué? Yo digo (nadie está obligadx a hacerme caso) que nos olvidemos de esas babosadas del copyright. Al menos yo digo que si de algo le sirven mis fotos a alguien, que se las baje: allí abajito pongo las condiciones con una licencia creative commons. De todas formas ¿no es codicia también acumular terabytes de imagenes que no usamos para nada y que olvidamos que tenemos acumuladas en discos duros? No sé, yo nada más digo.

PS: El título de este post es cortesía de la unica persona que me ha dicho maestro bajo circunstancias aceptables, Virginia Lemus.

Aliens

IMG_6876This is what immigrants look like when they get together. Oh those terrorist, disrupting the peaceful numbness of the european paradise with their noise and their laugher and with the smell of the crazy food they make…

I remember the day I entered Jun and Mitchy´s house. For a couple of weeks I had been politely observing the crazy shit that people in the Netherlands believe to be «civilized» behavior. I mean, even young people are so… boring, like they don´t have a position on anything. Everything must be objectively measured in order to have a properly centered opinion. Even relating to others must be properly measured through long sessions of boredom, until you decide you and others are boring enough to hang out every month or so. Then, the door to this family´s house opened, and they were having dinner (we were late, which I though would be a huge deal). People in the room asked us to sit and to have some food and started talking as if we already knew each other. It was so familiar it felt almost rude. Damn, these guys could have perfectly been auntie Mitchy and uncle Jun, and it was just so right (and the food was so good!). So we kept seeing each other often and they introduced us to a lot of their friends (mostly immigrants). Activists, artists, musicians who had come to the Netherlands from Iran, Iraq, Chile, Philippines, Brazil, etc. Just getting together to have fun, jam a little, tell stories and making plans felt like a way of resisting this crazy culture of inhuman relationships.

This is what those leftist terrorists look like when they get together. They build bombs of fraternity and sorority. This is what they´re so afraid of, people who can see beyond nationalist ideals and become a family no mattering where in the world they are.

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Sobreinformado

Internet es una cosa maravillosa ¿si? Pues yo creo que puede serlo, pero también es un lugar perverso. ¿Recuerdan cómo hace un mes todxs compartían la imagen de las atletas rusas besandose en protesta contra el gobierno homofobico de Putin? (que además resulta que no, de protesta el beso no tenía nada). O ¿recuerdan como hace quizá un año (en internet todo transcurre tan rápido que pierdo la noción del tiempo) todos y todas eramos full Pussy Riot? Quizá alguien recuerda que antes de Siria el fin del mundo se veía venir de Corea. ¿Alguien sabe que se hizo Kim Jong  y su poder de traer la tercera guerra mundial? ¿qué tanto entendemos realmente de lo que pasó en Egipto? ¿Alguien se da cuenta de cómo sigue el asunto en Turquía? ¿Cuántos de nosotrxs realmente podíamos ubicar Siria en un mapa hace un par de meses? ¿Qué tanto conocemos realmente de los conflictos religiosos internos que hay en esa zona difusa a la que nos gusta llamarle «Oriente medio»?

Vivimos en una época donde el flujo de información es tan grande, tan masivo, tan abrumador que nos mantiene pensando constantemente que estamos al borde del cataclismo. Y yo me pregunto si realmente estamos constantemente al borde del Apocalipsis como nunca antes en la historia, o si simplemente permitimos que nos hagan creerlo. Porque en el ultimo año la tercera guerra mundial, la hecatombe ecológica y el apocalipsis zombie han estado tan cerca de suceder tan pero tan constantemente que me hace pensar que posiblemente se trate de que paso demasiado tiempo en facebook (igual que todxs ustedes, no nos demos paja).

No digo que no vivamos en un mundo terrible, que obviamente es así. Pero quizá si vivimos demasiado pendientes de demasiadas cosas de forma simultanea y al final todo lo que hacemos (yo más que nadie) es pasarnos el día replicando información que ni siquiera comprendemos a cabalidad y que no corroboramos. Ojo, esto no es un ataque contra nadie, es una reflexión personal (como casi todo lo que hay en mi blog). Hace tres días Chile y Allende eran el centro de América Latina, hoy ya volvieron a la fila para esperar turno hasta el año proximo.

Si, el internet es un lugar maravilloso. Pero también es un lugar donde nuestra memoria se diluye más que en cualquier concentración de alcohol. Hoy pedimos el nobel de la paz para Putin (y que linda la carta que hemos estado compartiendo por todas las redes sociales). Mañana será nuevamente el enemigo (igual que Obama en las ultimas elecciones gringas)

PS: Si me quieren insultar, por favor firmen 🙂